DIOS Y LA CIENCIA

"EL HOMBRE ENCUENTRA A DIOS DETRÁS DE CADA PUERTA QUE LA CIENCIA LOGRA ABRIR"

"En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento"

(Albert Einstein)

VERDAD Y JUSTICIA

"¿No tienes enemigos?
¿Es que jamás dijiste la Verdad o jamás amaste la Justicia?"
(D. Santiago Ramón y Cajal )







19 noviembre 2008

ANÉCDOTAS CIENTÍFICAS

Newton(1642 - 1727) fue elegido miembro del parlamento británico en
1689. Acudió durante muchos años a su puesto aunque nunca intervenía.
En cierta ocasión, Newton se levanto durante una sesión y se hizo un
gran silencio para escuchar sus palabras. Todo lo que Newton hizo fue
pedir que cerrasen una ventana abierta porque había mucha corriente.

Bischoff fue uno de los anatomistas de mayor prestigio en Europa en
los 1870's. Una de sus ocupaciones era el pesar cerebros humanos, y
tras años de acumular datos observo que el peso medio del cerebro de
un hombre era 1350 gramos, mientras que el promedio para las mujeres
era de 1250 gramos. Durante toda su vida utilizo este hecho para
defender ardientemente una supuesta superioridad mental de los hombres
sobre las mujeres. Siendo un científico modelo, a su muerte dono su
propio cerebro para su colección. El correspondiente análisis indicó
que pesaba 1245 gramos.

Se cuenta que el filósofo Ludwig Wittgenstein se encontraba en la
estación de Cambridge esperando el tren con una colega. Mientras
esperaban se enfrascaron en una discusión de tal manera que no se
dieron cuenta de la salida del tren. Al ver que el tren comenzaba a
alejarse Wittgenstein echó a correr en su persecución y su colega
detrás de él. Wittgenstein consiguió subirse al tren pero no así su
colega. Al ver su cara de desconsuelo, un mozo que estaba en el andén
le dijo, - no se preocupe, dentro de diez minutos sale otro.
- Ud. no lo entiende- le contestó ella- él había venido a despedirme.

Cuando el físico norteamericano J.Robert Oppenheimer se encontraba
trabajando en Göttingen fue a verlo Paul Dirac y mantuvieron la
siguiente conversación: "Me han contado que escribes poesía. No puedo
entender como alguien que trabaja en los límites de la física puede
simultanear su trabajo con la poesía que representa una actividad en
el polo opuesto. Cuando trabajas en ciencia tienes que escribir sobre
cosas que nadie sabe con palabras que todo el mundo sea capaz de
entender. Al escribir poesía estas limitado a decir... algo que todo
el mundo sabe con palabras que nadie entiende".

Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser
conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia
solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le
gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para
sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chofer lo
aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
"Si quiere", le dijo el chofer, "le puedo sustituir por una noche. He
oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por
palabra."
Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar,
intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la
sala donde se iba a celebran la conferencia y como ninguno de los
académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chofer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a
Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta.
El chofer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo
tuvo un golpe de inspiración y le contesto:
"La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chofer, que
se encuentra al final de la sala, se la responda".
Rtdo por J.M. Gómez Iglesias

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